Los cambios en la personalidad y el estado de ánimo
Los cambios de personalidad y estado de ánimo después de un ataque o derrame cerebral son frecuentes. La impulsividad, el desinterés, el síndrome pseudobulbar, la ira, la frustración y la depresión pueden afectar la calidad de vida de un sobreviviente de un ataque o derrame cerebral. Sin embargo, estos desafíos pueden superarse colaborando estrechamente con el equipo de cuidados de salud.
Impulsividad
Se caracteriza por la incapacidad para pensar con antelación o comprender las consecuencias. La impulsividad es más frecuente en los sobrevivientes de un ataque o derrame cerebral del lado derecho o del lóbulo frontal.
Desinterés
Algunos sobreviviente presentan desinterés. Puede parecer que nada les importa y que carecen de interés e impulso. Esto no es lo mismo que la depresión. Es importante lograr que las personas con desinterés vuelvan a estar activas, en movimiento e interesadas. Anima a estas personas dándoles a elegir qué hacer o adónde ir, pero deja claro que tienen que hacer algo. Esta afección puede requerir una evaluación por parte de un neuropsicólogo para determinar el mejor tratamiento si no mejora.
Síndrome pseudobulbar (PBA)
El síndrome pseudobulbar (PBA, por sus siglas en inglés) se caracteriza por un desajuste o exageración de los sentimientos y la expresión, como reír en un funeral o llorar ante un chiste.
Ansiedad
La ansiedad se manifiesta cuando una persona tiene sentimientos de preocupación, nerviosismo o inquietud. La ansiedad afecta aproximadamente al 20% de los sobrevivientes.
Delirio
El delirio es una complicación común, aunque no reconocida, después de un ataque o derrame cerebral que afecta aproximadamente al 25% de los sobrevivientes de un ataque o derrame cerebral. Se caracteriza por un inicio intenso de alteración del nivel de conciencia con fluctuación de la orientación, la memoria, el pensamiento o el comportamiento.
Es común que los sobrevivientes presenten las tres afecciones. La buena noticia es que existe tratamiento. Para la depresión y la ansiedad, uno de los mejores tratamientos es el asesoramiento o la terapia con un profesional de la salud mental autorizado. Los medicamentos y la terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a tratar el PBA.
Los cuidadores deben animar a sus seres queridos a someterse a una evaluación para detectar cambios. Si son reacios a acudir a un profesional de la salud mental para recibir terapia, podrían estar dispuestos a aumentar su apoyo social participando activamente en un grupo de apoyo o buscando la orientación de un pastor, sacerdote o rabino u otro consejero religioso.
Algunos enfoques terapéuticos que pueden ayudar con estos cambios incluyen los siguientes:
Terapia centrada en las soluciones
Está centrada en el futuro y en los objetivos, y se enfoca en las soluciones en lugar de los problemas que llevan a las personas a terapia. También se denomina terapia breve centrada en las soluciones y terapia práctica de construcción de soluciones.
Terapia de resolución de problemas
Es una intervención psicológica breve o “terapia hablada” que normalmente dura de cuatro a ocho sesiones. Se identifican los problemas a través de la colaboración y el terapeuta le enseña a la persona un enfoque estructurado para resolverlos.
Terapia cognitivo-conductual
Se centra en examinar las relaciones entre los pensamientos, los sentimientos y el comportamiento. Se exploran los patrones de pensamiento que provocan acciones autodestructivas y las creencias que las provocan. El terapeuta y el paciente colaboran activamente en la recuperación, explorando una mejor resolución de problemas y cambios en los patrones de conducta. Este tipo de terapia es el método de referencia de la psicoterapia.
Terapia de aceptación y compromiso
También conocida como terapia de actitud y compromiso, les enseña a las personas a utilizar estrategias de aceptación y atención plena combinadas con el establecimiento de objetivos, el compromiso y el cambio conductual para controlar mejor el malestar y la ansiedad.
Terapia interpersonal
Se centra en las relaciones interpersonales y mejora la forma en que la persona deprimida se comunica y se relaciona. Las técnicas ayudan a la persona a identificar las emociones y sus fuentes, a expresar las emociones de forma saludable y a tratar la carga emocional de relaciones pasadas. Las habilidades de afrontamiento, comunicación y toma de decisiones se mejoran gradualmente mediante una serie de técnicas terapéuticas.
Terapia de atención plena
Las intervenciones basadas en la atención plena (MBI, por sus siglas en inglés), también llamadas terapia cognitiva basada en la atención plena y reducción del estrés basada en la atención plena, ayudan a quienes sufren episodios repetidos de depresión, así como a la reducción del estrés. Combina las ideas de la terapia cognitiva con prácticas meditativas y actitudes basadas en el cultivo de la atención plena, una conciencia sin prejuicios de las experiencias del momento presente.