Hablar con tu médico
No se trata solo de escuchar lo que te dicen. Debes hacer las preguntas correctas y volver a preguntar si no recibes las respuestas que necesitas.
Participa en las decisiones sobre tu tratamiento, sigue el plan de tratamiento que tú y tu médico diseñaron, mantente alerta a posibles problemas y participa activamente para resolverlos con el fin de reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca o un ataque o derrame cerebral. Si necesitas ayuda para buscar un médico, revisa los siguientes consejos.
Saca el máximo provecho de tu consulta médica
Considera tener una lista de los temas que desees hablar durante la consulta, como los que se indican a continuación:
- Síntomas que puedes presentar
- Cómo te sientes
- Preguntas sobre tus medicamentos, lo que funciona y lo que no funciona
- Preguntas sobre tus próximos análisis o los resultados de estos
- Inquietud o preocupación por tu salud
Exprésate francamente. Algunos de los aspectos que podrías querer comentar serán temas personales. Pero recuerda que tu médico está para ayudar.
En algunas ocasiones, es beneficioso traer a un familiar o un amigo contigo. Te pueden apoyar en los temas que quieres hablar con tu médico, tomar notas o ayudarte a recordar lo que hablaron en la cita.
Buscar una segunda opinión
Todas estas reacciones son normales, pero no significa que debes aceptar todo lo que acabas de escuchar. Tu siguiente paso debe ser obtener una segunda opinión.
La mayoría de los médicos recomiendan buscar segundas e, incluso, terceras opiniones, particularmente cuando se trata de procedimientos como la ablación de la fibrilación auricular (FibA) o el tratamiento de la espasticidad.
Puede que tengas dudas acerca de las decisiones de tu médico. Puede que sientas apuro.
Otras razones para obtener una segunda opinión son las siguientes:
- Es posible que tu compañía de seguros la solicite antes de cubrir el tratamiento.
- Quizás tengas opciones, como no necesitar el medicamento o el procedimiento, o que una opción sea más económica que la otra.
- Te preocupa el riesgo o la forma en que puede afectar tu estilo de vida, familia o trabajo.
Comienza consultando con tu médico y pídele una recomendación.
Para el segundo o tercer médico o especialista, también puedes hacer lo siguiente:
- Preguntar a familiares o amigos que hayan recibido tratamiento para la misma afección.
- Pedir una lista de médicos aprobados a tu compañía de seguros o al administrador del plan de salud de tu empresa.
- Comunicarte con una sociedad médica local.
- Buscar en el American Medical Directory (Directorio Estadounidense de Profesionales de la Salud), en el Directory of American Specialists (Directorio de Especialistas Estadounidenses) o en otros directorios de profesionales que se encuentren en tu biblioteca local.
Antes de visitar a un segundo médico, debes enviarle tu historial médico. Mejor aún, consigue una copia completa y llévala contigo.
Además, asegúrate de hacer preguntas concretas. También debes llevar una libreta y un bolígrafo para anotar cosas importantes, y considerar la posibilidad de que un ser querido te acompañe para que se siente y escuche (sin hablar).
Cuando hayas terminado, pídele al segundo médico que te envíe las notas a ti y a tu médico.
Opta por la mejor evaluación.
Una buena regla general es preguntar lo siguiente: ¿Tiene más sentido el plan de tu médico o el del segundo médico? ¿Cuál representa el menor riesgo y se centra en los aspectos médicos más importantes para ti?