Ataque isquémico transitorio (AIT)

ilustración de una persona traslúcida que muestra el cerebro, la arteria carótida interna derecha, la arteria vertebral derecha y la arteria carótida común derecha


Un ataque isquémico transitorio (AIT) es un bloqueo temporal del flujo sanguíneo al cerebro. El coágulo suele disolverse solo o se desprende, y los síntomas generalmente duran menos de cinco minutos.

Si bien el AIT no produce daño permanente, es un “ataque o derrame cerebral de advertencia” que indica que en el futuro puede haber un ataque o derrame cerebral completo. En cuanto notes los síntomas, obtén ayuda de inmediato, incluso si los síntomas desaparecen. 

Mira una ilustración detallada de un AIT (solo en inglés)

Factores de riesgo y AIT

Cualquier persona puede tener un AIT; sin embargo, el riesgo aumenta con la edad. Las tasas de ataques o derrames cerebrales se duplican cada 10 años para personas mayores de 55 años. Si has tenido anteriormente un ataque o derrame cerebral, presta especial atención a posibles signos de un AIT, ya que podría ser un indicador de un segundo ataque o derrame cerebral en el futuro.

Las señales de advertencia comunes incluyen la aparición repentina de:

  • Debilidad, entumecimiento o parálisis de un lado del cuerpo
  • Dificultad para hablar (arrastrar las palabras) o dificultad para entender a los demás
  • Ceguera en uno o en ambos ojos
  • Mareos
  • Cefalea grave sin causa aparente

Entre los principales factores de riesgo de un AIT o un ataque o derrame cerebral, se encuentran:

Presión arterial alta
Diabetes
Enfermedad cardíaca
Fibrilación auricular
Tabaquismo

Diagnóstico y tratamiento

Los síntomas temporales de un AIT, que pueden durar desde solo unos minutos hasta 24 horas, hacen que el diagnóstico resulte un desafío. En los casos en que los síntomas del ataque o derrame cerebral desaparecen en menos de una hora, se requiere una evaluación de emergencia para evitar un ataque o derrame cerebral avanzado.

Busca ayuda de inmediato si crees que podrías estar teniendo un AIT. Idealmente, la evaluación completa debe hacerse dentro de las 24 horas a partir de que se iniciaron los síntomas, y puede incluir lo siguiente:

  • Evaluación de los síntomas e historia clínica
  • Un estudio por imágenes de los vasos sanguíneos de la cabeza y el cuello
  • Otras pruebas como una tomografía axial computarizada (TAC), una angiografía y una imagen por resonancia magnética (IRM)

Una vez diagnosticado el AIT, se recomienda hacer una consulta de seguimiento con un neurólogo para evaluar si hay riesgo de sufrir un ataque o derrame cerebral en el futuro.

Tratamiento del AIT

Algunas señales de AIT solo se pueden ver con equipos hospitalarios, por lo que el personal médico capacitado deberá evaluar el estado del paciente. Una atención médica adecuada puede incluir:

Evaluación de los signos vitales y de la función cerebral

La evaluación inicial incluye pruebas para determinar si los nervios craneales están intactos, la visión es normal, los músculos están fuertes y el habla y el razonamiento se observan normales. Un análisis del ritmo cardíaco, la temperatura y la sangre también puede aportar un panorama general de lo que está sucediendo.


Obtención de imágenes y pruebas

Verificar el flujo sanguíneo y los tejidos del cerebro puede ser importante a la hora de determinar la causa de un AIT o algún síntoma breve de un ataque o derrame cerebral. Se pueden obtener imágenes mediante una resonancia magnética (IRM) o una tomografía axial computarizada (TAC). A menudo, también resulta útil realizar un electrocardiograma (ECG). También es probable que se deba evaluar la arteria carótida, la arteria principal que va del corazón al cerebro, para determinar si presenta signos de endurecimiento o de una obstrucción.


Historia clínica

Evaluar la historia clínica y los riesgos de enfermedades cardiovasculares, junto con un análisis bioquímico de la sangre puede ayudar a determinar cuál es el medicamento adecuado para evitar coágulos sanguíneos o si se requiere una intervención para extraer depósitos grasos (placas) de las arterias que suministran sangre al cerebro (endarterectomía de la carótida).

A veces, es adecuado derivar al paciente a un especialista. Cuando se produce un AIT sin factores de riesgo claros de un ataque o derrame cerebral, un neurólogo puede hacer una evaluación para descartar vasculitis, disección de la arteria carótida y otros tipos de lesión o infección.

ambulance and hospital emergency entrance

Por qué es importante recibir un tratamiento inmediato en caso de un ataque o derrame cerebral

Los síntomas de un ataque o derrame cerebral, incluso si desaparecen en el lapso de una hora, requieren una evaluación de emergencia

Una nueva declaración científica de la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) analiza la evaluación rápida de un ataque isquémico transitorio (AIT) debido al alto riesgo de un ataque o derrame cerebral futuro. A continuación, compartimos la valiosa perspectiva de los expertos médicos que desarrollaron esta declaración.

Advertencia de futuros ataques o derrames cerebrales

Las consecuencias inmediatas de un ataque isquémico transitorio (AIT) son bastante benignas. Sin embargo, estos “ataques o derrames cerebrales de advertencia” a menudo anuncian un ataque o derrame cerebral verdadero. Las estadísticas nos cuentan la historia:
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~240,000
personas en los Estados Unidos padecen un AIT cada año.
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Casi 1 de cada 5
personas que tienen un presunto AIT tienen un ataque o derrame cerebral dentro de los siguientes 90 días, y 2 de cada 5 personas, si reciben un examen adecuado, descubren que en realidad tuvieron un ataque o derrame cerebral en lugar de un AIT.
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Los síntomas del AIT
puede parecerse a otros síntomas neurológicos, por lo que se recomienda acudir a un profesional de la salud para obtener una evaluación detallada.