Salud cerebral

Una joven médica utiliza una maqueta de cerebro en una explicación para un paciente masculino de edad avanzada.

 
Una salud cerebral óptima es aquella en la que no hay pérdida cognitiva/demencia, ataques o derrames cerebrales ni otras enfermedades cerebrales. También es la habilidad de cumplir con las exigencias de la vida cotidiana. Muchos factores de riesgo modificables de la pérdida cognitiva, como comportamientos y afecciones, se desarrollan desde la infancia y la adolescencia.

Conforme envejeces, tener un cuerpo saludable es la clave para tener un cerebro sano y una mente ágil. Mantenerse sano y activo puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir ataques o derrames cerebrales, enfermedades cardíacas, pérdida de memoria y problemas para pensar y aprender. Si sufres un ataque o derrame cerebral, su impacto no se limita a las secuelas inmediatas. Puede tener efectos duraderos en nuestras capacidades cognitivas, aumentar el riesgo de sufrir demencia y afectar la salud cerebral general. Los problemas cognitivos afectan a más del 70% de los sobrevivientes de un ataque o derrame cerebral.
3 de cada 5

personas en EE. UU. presentarán una enfermedad cerebral en su vida.

Alrededor del 80%

de las enfermedades cerebrales se pueden asociar a enfermedades cardiovasculares.

Cada 40 segundos,

alguien en EE. UU. sufre un ataque o derrame cerebral.

¿Qué puedes hacer?

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1

Conoce tus cifras y sométete a revisiones médicas periódicas cada uno o cinco años en la primera etapa de la adultez para controlar tu glucemia, glucosa, colesterol, presión arterial, tabaquismo y peso.

2

Haz que la alimentación saludable y la actividad física formen parte de tu vida.

3

Sométete a pruebas para detectar la depresión.

4

Si sufres pérdida de audición, hazte exámenes.

5

Si la salud cerebral es importante para ti, coméntaselo a tu profesional de cuidados de salud y habla del tema en cada visita.

Tus elecciones de estilo de vida afectan la salud de tu cerebro.

Duerme lo suficiente.
Muévete más y procura sentarte menos.
Hazte chequeos médicos periódicos.
Come sanamente.
No fumes ni vapees.