Ataque o derrame cerebral del tronco encefálico

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Los ataques o derrames cerebrales del tronco encefálico tienen síntomas complejos y pueden ser difíciles de diagnosticar. Una persona puede tener vértigo, mareos y desequilibrio grave sin el síntoma característico de la mayoría de los ataques o derrames cerebrales, debilidad en un lado del cuerpo. Los síntomas de vértigo, mareos o desequilibrio suelen presentarse juntos; el mareo por sí solo no es un signo de ataque o derrame cerebral. Un ataque o derrame cerebral del tronco encefálico también puede provocar visión doble, habla lenta y disminución de la conciencia.

Con solo media pulgada de diámetro, el tronco del encéfalo controla todas las actividades básicas del sistema nervioso central: la conciencia, la presión arterial y la respiración. Todo el control motor del cuerpo fluye a través de él. Los ataques o derrames cerebrales del tronco encefálico pueden perjudicar alguna o todas estas funciones. Los ataques o derrames del tronco encefálico más graves pueden provocar síndrome de enclaustramiento, una afección en la que los sobrevivientes solo pueden mover los ojos.

Si un ataque o derrame cerebral en el tronco encefálico es el resultado de un coágulo, cuanto más rápido se pueda restablecer el flujo sanguíneo, mayores serán las posibilidades de recuperación.

Como todos los ataques o derrames cerebrales, los ataques o derrames del tronco encefálico producen un amplio espectro de déficits y de recuperación. Que un sobreviviente tenga déficits menores o severos depende de la ubicación del ataque o derrame cerebral dentro del tronco encefálico, la extensión de la lesión y la rapidez con la que se proporciona el tratamiento.

Los factores de riesgo del ataque o derrame cerebral del tronco encefálico son los mismos que para otros ataques o derrames cerebrales en otras áreas del cerebro: presión arterial alta, diabetes, enfermedad cardíaca, fibrilación auricular y tabaquismo. De manera similar, los ataques o derrames cerebrales del tronco encefálico pueden ser causados por un coágulo o una hemorragia. Las causas raras son lesión de una arteria debido a movimientos repentinos de la cabeza o el cuello.

La recuperación es posible. Debido a que los ataques o derrames cerebrales del tronco encefálico no suelen afectar la capacidad del habla, el paciente suele poder participar más plenamente en la rehabilitación. La doble visión y el vértigo por lo general se resuelven después de varias semanas de recuperación en los ataques o derrames cerebrales del tronco encefálico de leves a moderados.