Joven aprende a vivir tras su accidente cerebrovascular isquémico
A los 21 años, Melody McMurray supuso que su aturdimiento, mareos y dificultad para hablar repentinos eran por falta de sueño. Pero en realidad fueron las primeras señas de algo mucho más grave: un accidente cerebrovascular isquémico a causa de un coágulo de sangre que le bloqueaba el flujo sanguíneo a parte del cerebro.
McMurray limpiaba su casa en Aurora, Colorado, para prepararse para una inspección de la casa el 2 de febrero del 2024. Ella y su hermana conversaban y bromeaban como de costumbre, cuando McMurray comenzó a tener dificultades para hablar.
“No podía pronunciar las palabras”, dijo McMurray, que ahora tiene 22 años. “Hablaba como si estuviera borracha, pero estaba sobria. Pensé que simplemente estaba cansada y me faltaba sueño”.
McMurray se sentó y luego se sintió bien. Suponiendo que el extraño episodio había terminado, condujo a la tienda con su novio, Tyler Kurgan, para hacer las compras. Se sentía bien hasta llegar a la mitad del pasillo de productos de limpieza, cuando empezó a sentir que se le debilitaba el brazo izquierdo.
“No podía moverlo”, dijo McMurray. “Fue entonces cuando volví a sentirme aturdida y mareada. Tuve que sentarme”.
McMurray presentaba dos de los síntomas del acrónimo R.Á.P.I.D.O., que sirve para identificar el ataque o derrame cerebral y actuar rápidamente: R de rostro caído, Á de alteración del equilibrio, P de pérdida de fuerza en el brazo o pierna, I de impedimento visual repentino, D de dificultad para hablar, y O de obtén ayuda, llama al 911.
Llamó a su padre, Jeremy, quien se preocupó por su dificultad para hablar. Mientras tanto, Kurgan, cuyos abuelos ambos habían sufrido derrame cerebral, supo casi de inmediato lo que le sucedía a su novia y su rostro palideció.
"¡Hay que ir al hospital!" dijo Kurgán.
Llevó rápidamente a McMurray al hospital HCA HealthONE de Aurora, a unos 25 minutos de distancia. Mientras tanto, ella permaneció completamente consciente.
“La verdad, sentí una sensación de pánico en todo el cuerpo”, dijo McMurray, peluquera de perros. “No quería creerlo. No podía ser que estuviera sufriendo un derrame cerebral. Claro, no podía comunicarme porque no podía hablar bien”.
A McMurray le diagnosticaron un accidente cerebrovascular isquémico en urgencias. Pasó dos días en la UCI y otro día en la sala quirúrgica habitual.
Aunque el derrame cerebral de McMurray fue sorprendente porque no tenía problemas de salud conocidos, los médicos afirmaron que sus pastillas anticonceptivas, que pueden ocasionar la formación de coágulos sanguíneos, eran potencialmente un factor. Los médicos del hospital HCA Healthcare en Aurora administraron medicamentos para disolver los coágulos de sangre y luego le hicieron un tratamiento llamado trombectomía mecánica para eliminar el coágulo.
Cuando McMurray fue dada de alta del hospital, podía hablar y caminar gracias a los prontos tratamientos que eliminaron el coágulo. Sin embargo, se sentía agotada y derrotada. McMurray se ha esforzado por mantener una actitud positiva y también el sentido del humor durante su recuperación. Excepto por uno que otro episodio ocasional de tensión y rigidez en una mano, así como algunos de habla lenta, ya casi concluye su recuperación.
Ahora toma anticoagulantes para prevenir coágulos y también usa pastillas anticonceptivas que solo contienen progesterona: se cree que el estrógeno aumenta el riesgo de la formación de coágulos sanguíneos. El lupus, que se le diagnosticó por sorpresa recientemente después de salir del hospital, también podría haber tenido que ver con su derrame cerebral, dijo McMurray. Nueve meses después del trauma, McMurray todavía lucha por aceptar lo que le pasó. Un derrame cerebral para un adulto tan joven parecía imposible.
"Nunca pensé que le pudiera pasar a alguien tan joven", dijo McMurray. “Cuando me dijeron que le puede pasar a cualquiera, me quedé azorada”.
McMurray ofrece este consejo para todos después de su terrible experiencia: “Hay que aprender las señas de aviso de un derrame cerebral y saber responder de inmediato. No dudes y lleva a la persona al hospital lo antes posible”.
De no haber sido por el conocimiento que tenía su novio de los síntomas del ataque o derrame cerebral, ella afirma, McMurray probablemente no estaría viva hoy.