Pie caído

El pie caído causado por un ataque o derrame cerebral es un desafío común a la hora de caminar. Las personas con el pie caído no pueden levantar la parte delantera del pie debido a debilidad o parálisis del músculo que lo levanta. Con el pie caído, se genera una dificultad para levantar el pie al caminar, por lo que suele arrastrarse o rozar el suelo. El pie caído puede provocar una mala postura y falta de estabilidad en el tobillo y la rodilla al estar de pie. Los problemas de equilibrio son comunes. Por lo general, las personas compensan este problema ajustando su forma de caminar. La marcha polineurítica consiste en doblar la cadera y la rodilla de forma excesiva para levantar más el pie. La marcha con circunducción ocurre cuando la pierna se mantiene derecha y se mueve hacia el costado en forma de semicírculo para caminar hacia delante.

Esto genera una caminata más lenta, fatiga en distancias cortas, mayor uso de energía, dolor y muchas caídas. Todo esto afecta directamente la calidad de vida.

Hay muchos tratamientos disponibles:

  • Fortalecimiento
  • Estiramiento
  • Entrenamiento del equilibrio
  • Entrenamiento de la marcha con dispositivos de asistencia
  • Soportes y dispositivos ortopédicos
  • Estimulación eléctrica
  • Cirugía (esto no es común)

Los dos tratamientos más comunes son los dispositivos ortopédicos para el pie y el tobillo y la estimulación eléctrica funcional. Un dispositivo ortopédico para el pie y el tobillo los mantiene en posición para ayudar a que el pie no se arrastre por el suelo. Suele recetarse en las etapas tempranas de la rehabilitación. Puede mejorar la velocidad de la caminata, el equilibrio, la postura, la seguridad y la confianza. Sin embargo, tiene algunas desventajas. Los materiales rígidos suelen limitar la circulación del aire alrededor de la piel. También hace que sea más difícil sentir la superficie en la que se camina, un aspecto importante para el equilibrio. No obstante, los beneficios suelen superar las desventajas.

La estimulación eléctrica funcional o FES, por sus siglas en inglés, envía pequeños pulsos de estimulación eléctrica al nervio que controla los músculos que levantan el pie. Se envían a través de electrodos colocados sobre la superficie de la piel. Los sobrevivientes de un ataque o derrame cerebral son buenos candidatos para la FES porque la lesión que causa el pie caído suele estar en el cerebro.

Una advertencia: Los pacientes que tienen marcapasos o desfibriladores no pueden recibir FES según las normas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. Los beneficios de la FES incluyen el aumento de la velocidad de caminata, la capacidad de caminar distancias más largas sin sentir fatiga, menos uso de energía y menos caídas. Muchos sobrevivientes prefieren la FES antes que los dispositivos ortopédicos para el pie y el tobillo. Indican que se sienten más estables y con un mayor equilibrio cuando están de pie.

El pie caído es un desafío y el tratamiento apropiado debe adaptarse a tus necesidades personales. Los avances tecnológicos mejoran rápidamente la independencia y la calidad de vida de muchas personas que sufren esta afección.