Dedo en garra

mujer posicionando el pie de un hombre

Muchos sobrevivientes señalan que los dedos del pie comienzan a doblarse hacia dentro luego de un ataque o derrame cerebral. Por lo tanto, caminar se torna doloroso. Esta afección se denomina dedo en garra. Esta, y una afección similar llamada dedo en martillo, ocurren por un desequilibrio en los músculos de los pies y los dedos de los pies. En el caso del dedo en garra, los músculos del dedo del pie se contraen excesivamente debido a una anomalía neurológica. Dado que los músculos del dedo del pie no suelen ser muy fuertes, el músculo que se contrae supera a los músculos del dedo. Esto hace que los tendones se tensen, lo que provoca que las articulaciones de los dedos más pequeños se contraigan o doblen de forma anormal. El dedo en garra suele presentarse en el pie del lado en que ocurrió el ataque o derrame cerebral. Es posible que se formen ampollas dolorosas en los dedos del pie afectado. La presión adicional debido al desequilibrio también puede forman callos en la planta del pie. El dedo en garra también afecta a pacientes con enfermedades de las articulaciones, como artritis reumatoide, parálisis cerebral y daño nervioso debido a la mala circulación, así como a pacientes con diabetes y a aquellos postrados en cama por períodos extensos.

El dedo en garra se clasifica en dos categorías: “flexible” o “rígido”, según la gravedad y la progresión de la afección. El “dedo en garra flexible” se refiere a las etapas tempranas en las que, como el nombre sugiere, los dedos aún tienen flexibilidad en la articulación. Para el dedo en garra flexible, la American Academy of Orthopedic Surgeons(link opens in new window) (contenido en inglés), junto con la American Orthopedic Foot and Ankle Society(link opens in new window) (contenido en inglés), ofrecen las siguientes sugerencias para ayudar a corregir el desequilibrio:

  • Sigue las indicaciones de tu médico y usa un cabestrillo o cinta médica para reposicionar los dedos del pie.
  • Evitar usar zapatos con tacones más altos que 2 pulgadas (5 cm).
  • Usa calzado blando con mucho espacio para los dedos.
  • Ejercita los dedos del pie. Para ello, utilízalos con el fin de levantar objetos pequeños, como canicas o una toalla arrugada.

El “dedo en garra rígido” se refiere las etapas tardías, en las que los dedos se fijan en esta posición anormal. A medida que los tendones se tensan y la deformidad se fija, hay menos opciones disponibles para corregirlos. Los tratamientos no quirúrgicos se orientan más al control del dolor que a la corrección. Para minimizar la incomodidad del dedo en garra rígido, la AAOS recomienda usar zapatos especializados que tengan 3/8" (0.95 cm) más de profundidad en la puntera. Algunos pacientes optan por la cirugía. Esta suele consistir en cortar los tendones tensados. Otros procedimientos posibles son alargar o reposicionar los tendones o acortar el hueso del dedo del pie. También suele recomendarse la inserción de un perno de acero en el dedo. Al igual que en todas las cirugías, hay un riesgo de infección, y la inflamación y el dolor son comunes en las semanas siguientes. El uso de toxina botulínica (Botox®, o bótox en español) también ha resultado efectivo. Las inyecciones de bótox funcionan mediante el bloqueo de las terminaciones nerviosas. Esto evita que los neurotransmisores, que indican al músculo que se contraiga, lleguen al nervio. El efecto no suele sentirse hasta 5 o 10 días después y solo dura de 3 a 4 meses.

Aunque el dedo en garra no es muy conocido, esta dolorosa afección puede aliviarse. Si tu médico no sabe mucho al respecto, busca más ayuda y haz más preguntas.