¿Alguna vez me conocerán de verdad?

Por Debra Meyerson
Al principio de cada año, reflexiono sobre el año que acaba de terminar. El 2023 fue un gran año en muchos sentidos. Sin embargo, comenzó de manera difícil.

Una caída para replantear mi identidad

El 17 de febrero, me caí mientras esquiaba y me fracturé la cadera. Me caí al pararme de una telesilla. No había nada evidente que me hiciera caerme. Puede que mi cadera se haya fracturado cuando me levanté, provocando la caída. Nunca lo sabremos.

Deb Meyerson lleva equipo de esquí y posa en una pista de esquí.Me esforcé mucho para volver a esquiar después de sufrir un ataque o derrame cerebral en el 2010. El esquí es una parte importante de mi vida y de la vida de mi familia. Es una parte importante de mi identidad. Dos años después de mi ataque o derrame cerebral, Steve me ayudó a volver a empezar desde el principio. Me costó mucho tiempo y esfuerzo conseguir botas que me quedaran y otro equipo que se adaptara a mis discapacidades. Pasé varios inviernos muy frustrantes en la “pista para principiantes”. Para ser sincera, no era divertido en absoluto. Pero estaba decidida. Durante unos ocho años, mejoré poco a poco. Si bien no puedo decir que me divertía esquiando, los progresos me hacían sentirme bien. Me motivó para continuar. Finalmente, hace unos tres años, me divertí de verdad. Giros lentos en una pista intermedia especial; no era lo que acostumbraba, pero por fin se volvía más divertido que difícil. En estos últimos años, sentí que había conservado mi identidad como esquiadora.

Después del invierno pasado y tras haberme fracturado la cadera, no sé si quiera seguir esquiando. Puedo hacerlo, pero no estoy segura de que merezca la pena correr el riesgo de romperme algo más. La idea de dejar de esquiar por completo me inquieta mucho. Steve dice que pensaba que el cambio de cómo yo esquiaba antes del ataque o derrame cerebral a cómo esquío después me resultaría más difícil de aceptar. Yo no lo veo de esa forma. Abandonarlo por completo pone a prueba mi sentido de identidad. En cierto modo, esto no es distinto que las decisiones que todas las personas tomamos en la vida. ¿Cuánto riesgo estás dispuesto a correr para poder hacer las cosas que quieres? Sin embargo, me parece más difícil, porque ya perdí bastante. Me esfuerzo por aferrarme todo lo que puedo, pero las lesiones tienen más peso porque ya tengo discapacidades significativas. De verdad que me está costando esto.

Nuestra creciente familia

Steve, Dhivya, Danny y Deb posan para una fotografía familiar de boda al aire libre.Ahora, pasemos a lo mejor del 2023. En julio, nuestro hijo mayor, Danny, se casó con Dhivya Arumugham. Queremos mucho a Dhivya. Después, en diciembre, nuestro segundo hijo, Adam, se casó con Mia Cabello. A ella también la queremos. Adoramos a las familias de ambos y pudimos pasar un tiempo muy especial con ellos antes, durante y después de ambas bodas. Es increíble ver cómo nuestros hijos empiezan a formar sus propias familias, y nuestra extensa familia ya está aportando una nueva riqueza a nuestras vidas.

En medio de toda esta felicidad, me quedé pensando y le comenté a Steve: “Dhivya y Mia nunca me conocerán de verdad. No conocerán las partes que perdí por el ataque o derrame cerebral”. He pensado mucho en eso. Ellas saben muy bien quién soy ahora. Lo que incluye muchos aspectos de mi vida que ya no están presentes. Saben acerca de lo que solía hacer, pero nunca lo vivirán conmigo. Dos personas que ahora se encuentran entre las más importantes de mi vida nunca conocerán a esa Debra Meyerson.

Creo que es un ejemplo especialmente poderoso de lo que vivo cada día, y supongo que no soy la única. Es parte de mi lucha por comprender y aceptar quién soy hoy, después de haber perdido tanto a causa del ataque o derrame cerebral. Entiendo en abstracto que todo el mundo cambia. Toda la gente tiene alguna noción de que las personas nuevas en sus vidas nunca experimentarán “lo que eran antes”. Pero esto es diferente. Me entristece mucho.

No tengo una respuesta para esto. Supongo que es un esfuerzo que seguiré haciendo el resto de mi vida: comprenderme a mí misma y mis relaciones con los demás. Es por este motivo que creemos firmemente que todos los sobrevivientes, ya sea de ataques o derrames cerebrales o de otras enfermedades y accidentes que causan traumatismos y discapacidades, necesitan apoyo en este proceso emocional.

A medida que transcurre el 2024, intento recordarme a mí misma las cosas que sé que me ayudarán a aprovechar al máximo el año y el resto de mi vida. Muchas de ellas están incluidas en Identity Theft (Robo de identidad), el libro que publiqué hace casi cinco años, y son la base de nuestro trabajo enStroke Onward.

  1. Darme tiempo para sentir mi tristeza. He perdido aspectos muy importantes de mi vida que extraño profundamente; cosas que me encantaría que mi nueva familia también hubiera visto en mí. Es por eso que también les pido a Steve y a los demás que me rodean que me permitan sentir mi tristeza.
  2. Celebrar todo lo que aún tengo en mi vida. Dos bodas en el 2023 sin duda resaltan lo mucho que tengo y que las cosas buenas pueden llegar y seguirán viniendo.
  3. Mirar hacia delante y no hacia atrás la mayor parte del tiempo, pero no todo el tiempo (¡mira el punto n.º 1!). “Sí, eso apesta, pero ahora ¿qué quiero hacer con mi tiempo y las oportunidades que aún tengo?”.
  4. Celebrar las pequeñas victorias, ya sea por pequeñas mejoras en mis capacidades, nuevas soluciones adaptativas o simplemente formas que encuentre de disfrutar de la vida ante los desafíos. Las pequeñas victorias se acumulan.
  5. Tomar decisiones deliberadas sobre quién soy y quién quiero ser. “¿Cómo quiero utilizar lo que aún tengo, ante las limitaciones de lo que puedo hacer a causa del ataque o derrame cerebral, para dar sentido, propósito, esperanza y placer a mi vida?”

Ni hace falta decir que mi viaje emocional en la recuperación del ataque o derrame cerebral es un proceso aún no terminado. Lo será para siempre. Supongo que el proceso emocional forma parte de la vida de todas las personas, independientemente de que sufran o no un ataque o derrame cerebral. Yo también estaba en un proceso emocional antes del ataque o derrame cerebral, como madre, como pareja, como profesora atrapada en la competencia por el éxito y mucho más. Pero, desde entonces, ha sido sin duda un proceso más difícil.

Agradezco sinceramente a Steve por haberme ayudado a plasmar estos pensamientos escribiéndolos.

Espero que el 2024 sea un gran año para todos los sobrevivientes de ataques o derrames cerebrales y sus familias.

 

Deb y Steve Zuckerman Debra Meyerson, sobreviviente de un ataque o derrame cerebral, y Steve Zuckerman, su marido y “compañero de cuidados” tras el ataque o derrame cerebral, fundaron la organización sin fines de lucro Stroke Onward para ayudar a sobrevivientes, familiares y cuidadores a recorrer el camino emocional hacia la reconstrucción de sus identidades y de vidas gratificantes. Como escritores invitados, comparten sus experiencias y puntos de vista en su proceso posterior a un ataque o derrame cerebral.

 


Logotipo de Stroke Onward

La American Stroke Association está colaborando con Stroke Onward para apoyar a los sobrevivientes de ataque o derrame cerebral y a sus compañeros de cuidados en su recuperación emocional.