Aventuras: un paso más allá del compromiso

En nuestra última columna, escribimos sobre la importancia de volver a participar en las actividades de la vida, incluso cuando es difícil hacerlo. Este compromiso es una parte fundamental de la recuperación emocional mientras reconstruimos nuestras identidades y vidas gratificantes.

Sin duda, muchas de estas actividades requieren ahora una adaptación, lo que puede convertirlas en aventuras seguras. Escribimos sobre la adaptación en nuestra columna de octubre de 2021.

También escribimos sobre ello en el capítulo 13 de Identity Theft: Rediscovering Ourselves After Stroke (Robo de identidad: Redescubrirse después de un ataque o derrame cerebral): “No siempre podemos elegir completamente a nuestra familia, amigos, relaciones o carreras, pero nuestras actividades y pasatiempos se seleccionan precisamente en función de cómo queremos vivir y quiénes queremos ser”.

Desde luego, para nosotros es una aventura recuperar actividades encontrando nuevas formas de hacerlas. A menudo estas aventuras nos obligan a cambiar nuestra definición del éxito. Pero no creemos que las aventuras tengan por qué detenerse ahí. También podemos emprender aventuras que habrían sido aventuras incluso antes de sufrir un ataque o derrame cerebral.

Por supuesto, cada persona tiene una sed de aventura diferente. Para muchas personas, un cierto grado de aventura es una forma importante de lograr el crecimiento personal, lo que contribuye a una sensación de felicidad y plenitud.

Muchos sobrevivientes nos han contado cómo su terrible experiencia con el ataque o derrame cerebral les ha ayudado a volver a centrarse en lo que es realmente importante para ellos. En algunos casos, eso ha agudizado su deseo de aventura, especialmente con la familia y los amigos.

Deb y Steve en su bicicleta tándem durante su aventura Stroke Across America (Stroke por América)Hablando de aventuras, ¡ahora mismo estamos viviendo una importante! En el momento de escribir esta columna, hemos completado aproximadamente el 25% de Stroke Across America, recorriendo en nuestra bicicleta tándem 4,300 millas (6,920 km) desde Astoria, Oregón, hasta Boston para concienciar sobre el ataque o derrame cerebral y la afasia.

Steve, compañero de cuidados, es el conductor de esta aventura. Lleva décadas queriendo cruzar el país en bicicleta. Debra es una cómplice dispuesta y entusiasta. Hacerlo con un propósito fue una motivación para ambos. Si formas parte de una pareja y crees, como nosotros, que el ataque o derrame cerebral es una enfermedad familiar, es importante encontrar aventuras que sean gratificantes tanto para el sobreviviente como para el compañero de cuidados.

Seamos realistas

La mayoría de las aventuras son, por supuesto, más difíciles después de un ataque o derrame cerebral. Existe el riesgo de abarcar más de lo que se puede apretar. Las limitaciones de la capacidad de un sobreviviente para vivir una aventura dependen en gran medida de la naturaleza y el alcance de las discapacidades y de la cantidad de apoyo disponible por parte de la familia y los amigos. Esto se aplica no solo a las actividades de aventura, sino también a la organización y preparación de las mismas. Dicho esto, nuestras observaciones sugieren que los sobrevivientes (y sus compañeros de cuidados) tienden a pecar de indecisión, no de exageración.

El realismo no tiene por qué ser restrictivo. Al contrario, puede inspirar la innovación. Dos días antes de empezar a pedalear en Astoria tuvimos el honor de asistir a un evento organizado por Stroke Awareness Oregon en Bend. Allí conocimos a Geoff Babb, un ávido amante de las actividades al aire libre que sufrió un ataque o derrame cerebral.

Geoff en su bicicleta modificada, mitad silla de ruedas y mitad bicicleta de montañaA Geoff le encantaban las actividades al aire libre y no quería perder la posibilidad de disfrutarlas. Con ayuda de algunos amigos, modificó su silla de ruedas con ruedas más resistentes y otras adaptaciones para que sus amigos pudieran llevarlo a lugares donde pudiera disfrutar de lo que él llama “el tónico de la naturaleza”.

Geoff es un aventurero extremo, así que siguió modificando su silla para hacerla más resistente. Ahora está en la versión 3 de lo que él llama la AdvenChair: mitad silla de ruedas y mitad bicicleta de montaña, con varios de puntos de sujeción para que sus amigos lo ayuden a superar terrenos irregulares. Hace poco regresó de un exitoso viaje por el sendero Bright Angel Trail, en el Parque Nacional del Gran Cañón.

Cuando intercambiamos correos electrónicos recientemente, Geoff reconoció que está orgulloso de su arduo logro en el Gran Cañón. Pero está aún más orgulloso de lo que su invento ha permitido hacer a otros.

Personas con la enfermedad de Parkinson han vuelto a visitar sus senderos o lagos favoritos. Personas en cuidados paliativos han ido a un lugar especial por última vez. Niños con discapacidades participan más plenamente en una escuela al aire libre o en un campamento de verano para niños con cáncer. El equipo de adaptación adecuado sin duda puede hacer más posibles las aventuras, y Geoff está motivado para ayudar a más gente a disfrutar del “tónico de la naturaleza”.

Las aventuras no tienen por qué ser grandes. No tienen por qué ser largas. No tienen por qué ser físicamente exigentes o peligrosas. Nos centramos en el hecho de que las aventuras son inusuales, emocionantes, un poco desafiantes y pueden implicar la exploración de tu incógnita personal. ¿Hay alguna ciudad o estado que siempre hayas querido visitar? ¿Hay algún parque nacional en tu lista de deseos? ¿O hay un parque local por el que has querido pasear o andar, ya sea de nuevo o por primera vez, pero que te ha parecido un poco fuera de tu alcance? Lo que es rutinario para otra persona puede ser tu aventura perfecta.

Grandes o pequeñas, las aventuras son una oportunidad no solo de hacer algo que te gusta, sino de experimentar un crecimiento personal.

Para nosotros, un viaje de 100 días en bicicleta nos está llevando a nuevos lugares, no solo en nuestro país, sino para comprendernos mejor a nosotros mismos y a nuestra relación. Estamos aprendiendo a manejar mejor nuestros diferentes enfoques de la planificación, la adversidad y la flexibilidad.

Foto de grupo del viaje en bicicleta de 100 días de Deb y SteveEstamos aprendiendo cuándo y cómo nos gusta conocer gente nueva, algo que este viaje nos está recordando lo mucho que ambos valoramos. Y dada la duración de nuestra aventura, tenemos tiempo de sobra para hablar de cómo nos gusta más aventurarnos y de otras aventuras que queremos incorporar a nuestras vidas en el futuro. Todo esto forma parte de nuestro proceso de recuperación del ataque o derrame cerebral de Debra: reconstruir nuestra identidad y una vida gratificante.

Y, por supuesto, ya hemos vivido algunas partes espectaculares, dramáticas, desafiantes y divertidas de esta gran aventura. ¡Estén atentos para conocer más detalles cuando lleguemos a Boston!

 

Deb y Steve Zuckerman

Debra Meyerson, sobreviviente de un ataque o derrame cerebral, y Steve Zuckerman, su marido desde hace 33 años y “compañero de cuidados” tras el ataque o derrame cerebral, fundaron la organización sin fines de lucro Stroke Onward para ayudar a sobrevivientes, familiares y cuidadores a recorrer el camino emocional hacia la reconstrucción de sus identidades y vidas gratificantes. Como escritores invitados, comparten sus experiencias y puntos de vista en su proceso posterior a un ataque o derrame cerebral.

 

StrokeOnward

The American Stroke Association is collaborating with Stroke Onward to support stroke survivors and their carepartners in their emotional recovery. 
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