Sobreviviente de derrame cerebral baila en la boda de su hija
Hasta donde sabía Manuel Vera en febrero del 2024, era un hombre sano de 67 años con una presión arterial ligeramente alta que requería una dosis baja de medicamento.
Luego, el 23 de febrero, en su trabajo como asesor del cliente en un banco en Tampa, Florida, Vera comenzó a sentirse cansado, débil y enfermo. Llamó a su jefe a decirle que se tomaría un día de descanso y luego condujo a su casa.
Cuando entró a su casa, Vera se vio en el espejo del comedor y se asombró: tenía caído el lado izquierdo del rostro, uno de los síntomas de ataque o derrame cerebral. Presentaba una de las señales de aviso R.Á.P.I.D.O., el acrónimo para la identificación y tratamiento pronto del ataque o derrame cerebral:
R = Rostro caído
Á = Alteración del equilibrio
P = Pérdida de fuerza en el brazo o pierna
I = Impedimento visual repentino
D = Dificultad para hablar
O = Obtén ayuda, llama al 911
Un vecino lo llevó rápidamente a la sala de emergencias de un hospital, donde el personal notó el rostro caído de Vera y rápidamente le llevó una silla de ruedas.
"¡Creo que estoy sufriendo un derrame cerebral!" Vera les dijo a los dos doctores que lo esperaban.
Los doctores del hospital HCA Florida Brandon de HCA Healthcare examinaron a Vera y le hicieron estudios que confirmaron el diagnóstico de accidente cerebrovascular isquémico, aproximadamente cuatro horas y media después de comenzar sus síntomas.
Sin embargo, no lograban identificar la causa. El colesterol, glucemia y corazón de Vera resultaban normales. Pero su presión arterial estaba elevada. Sospechaba que su contagio reciente de COVID-19 podría ser un factor (una teoría que los doctores no pueden confirmar), pero su derrame cerebral aún seguía siendo una sorpresa y un misterio.
"Fue totalmente inesperado", dijo Vera, ahora de 68 años.
Los doctores rápidamente le dieron un medicamento para eliminar los coágulos y luego trasladaron a Vera de la sala de emergencias a la unidad de cuidados intensivos. Se le hizo una evaluación de fisioterapia, y Vera se dio cuenta del daño a causa del derrame cerebral y de cómo cambiaría su vida. Tuvo dificultades para ponerse de pie, tuvo dificultades para hablar y tuvo que aprender a caminar y vestirse nuevamente.
"Me fui a mi habitación y lloré porque me daba cuenta de la gravedad”, dijo Vera, que vive en Brandon, Florida. “Me daba cuenta de que tenía que volver a empezar y aprender muchas cosas de nuevo. Ni siquiera podía atarme los cordones de los zapatos y abrocharme la camisa".
Después de cinco días en el hospital, Vera fue trasladado a la unidad de rehabilitación para pacientes internados del hospital Brandon y recibió terapia física y ocupacional diaria durante dos horas cada una. La primera sesión de fisioterapia incluyó una grata sorpresa: el terapeuta le puso un cinturón a Vera, puso una animada música de merengue y le sujetó el cinturón mientras Vera bailaba.
Su esposa, Lissette, grabó el momento en video, que tuvo un gran valor sentimental para su marido. Vera esperaba no solo volver a aprender a caminar, sino también hacer algo que parecía imposible en ese momento: bailar con su hija, Nermalis, en su boda en agosto. Quería bailar una pieza lenta tradicional entre padre e hija y otra de merengue.
Después del tratamiento que le salvó la vida y de semanas de recuperación continua en el centro de rehabilitación terapéutica para pacientes internados del hospital HCA Florida Brandon, Vera se fue a casa. Debido a su dedicación a continuar su plan de tratamiento personalizado con sus fisioterapeutas, Vera bailó un hermoso y sentimental baile de padre e hija y un merengue en la boda. Su hija le contó al público sobre el ataque o derrame cerebral de su padre y, mientras bailaban, le dijo que es un gran padre. Vera lloró durante toda la boda.
Nueve meses después del ataque o derrame cerebral, Vera aún no se recupera al 100%. Puede caminar por su casa. Pero para distancias más largas, Vera necesita caminar con un bastón o empieza a cojear. Toma dos medicamentos para la hipertensión y uno para el colesterol. Vera es considerado en alto riesgo de sufrir otro derrame cerebral, por lo que está alerta para cuidar su salud.
Mirando hacia atrás, Vera se da cuenta de que no notó algunas señales que tuvo en la mañana del día que sufrió el derrame cerebral. Cuando salía por la puerta para ir a trabajar, se inclinaba ligeramente hacia la izquierda. Mientras trabajaba en la computadora, tenía dificultades para escribir con el lado izquierdo. "Actuar rápidamente es fundamental", afirmó.
"Por supuesto, especialmente para la tercera edad, debemos estar conscientes de las señales de derrame cerebral porque debemos estar pendientes", dijo Vera. “Si notas algo inusual, hazte un chequeo. Más vale prevenir que lamentar".
Para quienes experimenten el trauma de un ataque o derrame cerebral, Vera ofrece este consejo: "No te desanimes. Sé fuerte. Si quieres llorar, llora. Déjalo salir... Y por más difícil que sea, no te rindas".