Factores adicionales que podrían vincularse a un mayor riesgo de derrame cerebral
Cómo afecta el COVID-19 a todo el organismo
El aumento de la formación de coágulos de sangre es una complicación del COVID-19 y puede causar un ataque o derrame cerebral. Obtén más información sobre recursos para el COVID-19 (solo inglés).
Los ataques o derrames cerebrales son más frecuentes en los estados del sureste, es decir los estados de la “zona del ataque o derrame cerebral”. Revisa tu estado (solo inglés) y ten en cuenta cómo se fomentan allí los hábitos saludables.
Hay una diferencia de tres años en la esperanza de vida entre la población rural y la urbana. Las tasas de inactividad física, obesidad y consumo de tabaco son más altos en las zonas rurales. Esto ha dado lugar a tasas más altas de diabetes y presión arterial alta. Las comunidades rurales tienen mayores tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y ataques o derrames cerebrales. En estas zonas, también se registran tasas de mortalidad materna más elevadas, debido, en parte, a las muertes por enfermedades cardiovasculares.
Según un asesor de la American Heart Association (solo inglés), se necesitan estrategias innovadoras para eliminar las barreras en los cuidados de salud y mejorar la equidad en la salud de los residentes rurales.
Los ataques o derrames cerebrales pueden ser más frecuentes entre las personas con ingresos más bajos. El acceso a alimentos de calidad, cuidados de salud y otras medidas de apoyo social suelen ser limitados para las personas con ingresos más bajos. Defiende los cuidados de salud de calidad para todos (solo inglés).
El abuso de alcohol puede provocar complicaciones médicas, incluido un ataque o derrame cerebral. La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) recomienda limitar el consumo a no más de dos bebidas al día para los hombres y a una bebida al día para las mujeres que no estén embarazadas. Las mujeres embarazadas no deben beber alcohol. Si necesitas ayuda para superar la adicción al alcohol, habla con tu doctor o con un grupo de apoyo local.
El uso de sustancias ilegales y altamente adictivas, como la cocaína, la heroína y las anfetaminas, se ha asociado a un mayor riesgo de sufrir un ataque o derrame cerebral. Estas sustancias pueden acelerar los latidos del corazón y elevar la presión arterial, lo que daña los vasos sanguíneos del cerebro y, por último, provoca un ataque o derrame cerebral.
El uso indebido de medicamentos con receta, especialmente los que se utilizan para aliviar el dolor (oxicodona o fentanilo) o relajarse (como los sedantes), también puede representar un riesgo. Cuando estos medicamentos se usan de forma indebida, pueden ralentizar la respiración y reducir la cantidad de oxígeno que el cerebro necesita para funcionar correctamente.
Intenta evitar las sustancias adictivas y busca ayuda profesional si necesitas apoyo para superar el abuso de sustancias.