Recuperación y tratamiento del ataque o derrame cerebral pediátrico

Niño en clases de natación con un adulto
 

¿Cómo es la recuperación de un ataque o derrame cerebral pediátrico?

Un tratamiento médico oportuno y la terapia de rehabilitación pueden favorecer su recuperación. El tipo de rehabilitación que se necesite variará de un niño a otro. En general, las personas más jóvenes recuperan más capacidades que las mayores.

El equipo de cuidados de salud de tu hijo debe apoyarte a ti y a él en todo momento, ya sea organizando su agenda para reunirse con distintos especialistas, como fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales o terapeutas del habla, o creando un entorno más adaptativo en casa.

Como padre/madre o cuidador, es importante que recibas la capacitación adecuada y que te sientas que puedes hacer preguntas que ayudarán a tu hijo en su recuperación.

El kit familiar de herramientas para el ataque o derrame cerebral pediátrico de la International Alliance for Pediatric Stroke (IAPS, Alianza Internacional del Ataque o Derrame Cerebral Pediátrico) puede guiar a las familias en su proceso tras un ataque o derrame cerebral pediátrico, incluso con preguntas importantes para el equipo de cuidados de salud de tu hijo.
 

¿Cuáles son los tratamientos para el ataque o derrame cerebral pediátrico?

Recibir un diagnóstico de ataque o derrame cerebral pediátrico puede ser difícil, y cuando se realiza tarde o de forma errónea, puede dar lugar a peores resultados. Esto se debe, en parte, a la diferencia en la forma en la que se presenta un ataque o derrame cerebral en los niños y a los factores de riesgo relacionados con este. Tal como ocurre con los adultos, el ataque o derrame cerebral pediátrico puede provocar una discapacidad grave o incluso la muerte.

El tratamiento del ataque o derrame cerebral perinatal e infantil puede depender de varios factores. El equipo de cuidados de salud de tu hijo debe tener en cuenta el tipo de ataque o derrame cerebral, sus efectos a corto y largo plazo, y las enfermedades subyacentes.

Es posible que tu hijo reciba medicamentos, como anticoagulantes, para evitar que los coágulos actuales aumenten de tamaño o se formen otros nuevos, o bien para prevenir un segundo ataque o derrame cerebral.

La rehabilitación también puede formar parte del tratamiento de tu hijo, lo que puede mejorar considerablemente sus resultados a largo plazo.