Cuidadores: Sea realista y piense positivo
Como cuidador, debe ser realista sobre lo que puede y lo que no puede controlar. No puede controlar que su ser querido tenga una enfermedad crónica o progresiva, ni tampoco el impacto de dicha enfermedad.
Sin embargo, puede controlar cómo responde a la situación asumiendo la responsabilidad de su rol como cuidador y reconociendo que podría ser una tarea a largo plazo. Comprender lo anterior le permitirá planificar y buscar ayuda.
El siguiente paso es comprender el alcance de los cuidados a largo plazo. Piense en ellos como una maratón, no un sprint. Los corredores de una maratón van marcando su ritmo e ingieren alimentos y agua durante la carrera. Muchas personas se dejan arrastrar por una “ola de cuidados” que provoca rápidamente el agotamiento emocional y físico. Haga todo lo posible para evitarlo.
Sea realista. Piense positivo.
Su actitud puede ser la mayor barrera para cuidar de sí mismo y hacer lo mejor por su ser querido. Dígase a sí mismo que debe mantenerse sano y que también tiene derechos y necesidades. Merece la pena recordarse: hará lo mejor que pueda, pero necesitará ayuda durante el trayecto.
Tener un pensamiento realista y positivo es más fácil si:
- Confía en su función como cuidador. Repítase: “Es un trabajo duro, pero puedo hacerlo”.
- Sea dueño de sus sentimientos. Podría sentir tristeza, ira, resentimiento o miedo como cuidador. Todos esos sentimientos son válidos. Busque ayuda si cree que esos sentimientos están minando constantemente su ánimo.
- Acepte sus limitaciones. Admita que no puede controlar el impacto de la enfermedad en su ser querido. Reconozca que a veces necesitará ayuda y no tenga miedo de pedirla.
- Escuche su cuerpo. El cuerpo nos informa cuando necesita comida, ejercicio, descanso o atención médica. Dé a su cuerpo lo que necesita. Es importante recargar sus baterías.
- Conozca los signos de la depresión crónica. Manténgase atenta a los síntomas de depresión. Busque ayuda si experimenta depresión; a menudo, los síntomas de la depresión se pueden tratar con la ayuda de una terapia de diálogo, medicación o una combinación de ambas. Una visita semanal a un asesor puede ser una ayuda incalculable.
- Mantenga una sensación de independencia al margen de los cuidados. Siga viviendo. Dedique tiempo a su vida personal.
- Comuníquese con otros cuidadores. Otros cuidadores entenderán por lo que está pasando. Pueden ofrecer consuelo y ayuda.
- Mantenga la conexión con el mundo exterior. No se aísle. Mantenga el contacto con sus amigos, incluso aunque sea a través de Internet.
- Insista en tomarse un descanso. Tomarse un descanso de los cuidados o pedir ayuda a otra persona para que se encargue de su ser querido durante ciertos períodos puede ser muy beneficioso. Piénselo, incluso si tiene que explicar a su ser querido por qué necesita el descanso.
- Siga en el presente. Haga lo que tenga que hacer hoy. El mañana llegará muy pronto. Puede planificar con antelación, pero no deje que la preocupación por el futuro se adueñe de su vida.