Consejos para cuidar de un ser querido a largo plazo

hombre descansando en un sofá

Para la mayoría de los cuidadores, cuidar de otra persona se siente bien, en especial si se trata de un ser querido. Pero las exigencias de los cuidados también pueden provocar estrés, tanto emocional como físico. Para muchas personas, incluso puede provocar agotamiento, especialmente si es una responsabilidad a largo plazo.

El consejo es sencillo: es fundamental que mantengas una salud óptima. La razón es que si no practicas el autocuidado, no puedes cuidar a tu ser querido. No obstante, priorizar tu salud suele pasar a segundo plano. Tenemos algunas sugerencias para ayudarte a ponerte en marcha.

Mejora tu resistencia y tu ánimo

  • Aprende todo lo que puedas sobre los ataques o derrames cerebrales. El conocimiento es fortalecedor.
  • Establece límites; di “No” cuando sea necesario.
  • No te estanques con los aspectos que no puedes cambiar.
  • Limita tu consumo de cafeína.
  • Descansa bien.
  • Mantén una dieta saludable.
  • Encuentra un sistema de apoyo.
  • Comparte tus sentimientos con alguien que quiera escucharte y que comprenda lo que estás sintiendo.
  • Concéntrate en las cosas por las que sientas gratitud cada día.
  • Invierte en tu vida espiritual.
  • Reconoce que estás dando lo mejor de ti.
  • Pasa tiempo con tus amigos.
  • Participa en actividades que disfrutes.

Supera el estrés y la depresión

El estrés físico y psicológico es una parte inevitable de la vida de un cuidador. La forma en que lo abordas afecta tu bienestar. Para combatir el estrés, haz lo siguiente:

  • Establece tus prioridades.
  • Identifica y mantén una rutina que mejor se adecúe a tu situación.
  • Modifica tus expectativas y no intentes hacerlo todo.

La depresión también es frecuente durante el proceso como persona de cuidados, en especial si sientes desesperanza y desamparo.

  • Reconoce tus emociones y permítete asimilar las pérdidas relacionadas con el ataque o derrame cerebral.
  • Acepta tus nuevas responsabilidades y obtén ayuda para cumplirlas.
  • Considera las fortalezas que tú y tus seres queridos tienen en conjunto. Recuerda que sientes molestia con la situación, no con tu ser querido.

En resumen, primero cuida de ti y, luego, de tu ser querido.