¿Qué es un ataque o derrame cerebral?

 
El ataque o derrame cerebral es un evento que afecta las arterias del cerebro. Un ataque o derrame cerebral ocurre cuando un vaso sanguíneo que suministra sangre al cerebro se obstruye o se rompe.

Esto significa que el área del cerebro a la cual el vaso sanguíneo obstruido o roto suministra oxígeno no puede recibir oxígeno ni los nutrientes que necesita. Sin oxígeno, las células nerviosas no pueden funcionar.

El cerebro controla tu habilidad para moverte, sentir, pensar y comportarte. La lesión cerebral producida por un ataque o derrame cerebral puede afectar cualquiera de estas funciones. La manera en que las personas experimentan un ataque o derrame cerebral está condicionada por varios factores. Entre estos se incluyen:

  • La ubicación del vaso sanguíneo afectado.
  • El área y la magnitud de la lesión cerebral.
  • El tipo de ataque o derrame cerebral (isquémico o hemorrágico)
 Tipos de ataque o derrame cerebral

Ataque o derrame cerebral isquémico

Un ataque o derrame cerebral isquémico ocurre cuando un coágulo bloquea un vaso que suministra sangre al cerebro. La arteria se torna más angosta o se obstruye, impidiendo el paso del flujo sanguíneo a las células del cerebro. Los ataques o derrames cerebrales isquémicos son los tipos más comunes de ataques o derrames cerebrales.

Ataque o derrame cerebral hemorrágico

El ataque o derrame cerebral hemorrágico ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe dentro del cerebro. Este tipo de ataque o derrame cerebral puede afectar a las arterias grandes del cerebro o a los vasos sanguíneos pequeños que se encuentran muy en el interior del cerebro. La ruptura impide que las áreas que rodean al cerebro reciban el oxígeno que necesitan. Los ataques o derrames cerebrales hemorrágicos son menos comunes que los ataques o derrames cerebrales isquémicos.

Ataques isquémicos transitorios (AIT)

Los ataques isquémicos transitorios (AIT) suelen denominarse “ataques o derrames cerebrales de advertencia”. Los AIT producen los mismos síntomas que un ataque o derrame cerebral, pero comúnmente tienen una duración menor. En general, no ocasionan daños duraderos. No obstante, son importantes predictores de futuros ataques o derrames cerebrales. Si sospechas que has tenido o estás teniendo un AIT, ¡no lo ignores! Llama al 911 (o a tu número de emergencia local). Busca atención médica de inmediato, incluso si los síntomas desaparecen.