El sueño juega un papel importante en la salud del corazón
Mantener el corazón sano no es solo comer bien y hacer ejercicio de manera regular, sino también dormir lo suficiente.
De hecho, el sueño cumple un papel importante en la salud y el bienestar general. De la misma manera, una dieta saludable, el ejercicio regular y un bajo nivel de estrés pueden promover el tipo de sueño profundo y restaurador que es esencial para una buena salud cardiovascular.
¿Cuánto sueño necesita? Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Atlanta aconsejan a los adultos de entre 18 y 65 años que tengan como objetivo, por lo menos, siete horas de sueño de buena calidad por noche.
Por desgracia, dormir bien no es la norma necesariamente. De hecho, según el National Heart, Lung, and Blood Institute de los National Institutes of Health, de 50 a 70 millones de adultos estadounidenses no duermen regularmente o presentan un trastorno del sueño.
¿Cómo afecta el sueño la salud cardíaca?
Los estudios muestran que una breve duración del sueño o una mala calidad del sueño, se asocia con una alta presión arterial, colesterol elevado y ateroesclerosis. Y una breve duración del sueño habitual aumenta la posibilidad de episodios cardiovasculares.
No tener suficiente sueño reparador también se correlaciona con lo siguiente:
Una dieta deficiente o aumento de peso
Un estudio de 495 participantes descubrió una asociación entre una mala calidad del sueño, una mayor ingesta de alimentos y un menor consumo de granos integrales. Y la corta duración del sueño puede llevar a un aumento de peso, incluso en aquellos con bajo riesgo de obesidad.
Diabetes
Un análisis de estudios anteriores sugiere que no descansar lo suficiente aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Además, perder tan solo dos horas de sueño por día puede aumentar la resistencia a la insulina y disminuir la tolerancia a la glucosa en condiciones de laboratorio.
El alto nivel de azúcar en sangre asociado con la diabetes también puede aumentar el colesterol, la presión arterial y los triglicéridos, lo que, en última instancia, daña los nervios y vasos sanguíneos. Como resultado, las personas con diabetes tipo 2 tienen el doble de probabilidades de sufrir un infarto al miocardioo accidente cerebrovascular.
Inflamación
En los estudios de laboratorio, la restricción del sueño se asocia con la inflamación, y la investigación preliminar sugiere que esto puede ser cierto en la población general. Esto es importante porque los procesos inflamatorios pueden elevar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Accidente cerebrovascular, infarto al miocardio y muerte
Los investigadores informan un vínculo modesto entre la duración tanto corta como larga del sueño, o más de nueve horas a la vez, y los accidentes cerebrovasculares. La duración corta y larga del sueño también están asociadas con un mayor riesgo de muerte.
El vínculo entre los trastornos del sueño y las enfermedades cardíacas
Tal vez, como era de esperarse, cada vez más investigaciones demuestran una correlación entre muchos trastornos del sueño y la salud cardiovascular.
- Las personas con trastornos comunes del sueño, como apnea del sueño obstructiva o insomnio, también tienen mucho más probabilidades de tener arritmias cardíacas, acumulación de placa, insuficiencia cardíaca y enfermedad de la arteria coronaria que el público general.
- Cada vez hay más pruebas de que los trastornos neurológicos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas, que afecta del 7% al 10% de los estadounidenses, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, aunque se necesita más investigación para comprender mejor la conexión.
- En la mayoría de las personas, la presión arterial baja durante el sueño. Sin embargo, esto no siempre se produce en personas con narcolepsia tipo 1. Aunque es necesario realizar más investigaciones en esta área, algunas sugieren que esto puede aumentar el riesgo de problemas cardíacos.
La función de la salud mental
Hay una relación bilateral similar entre el sueño y la salud mental: Las personas con trastornos psicológicos tienen más probabilidades de desarrollar problemas de sueño que la población general, y los problemas de sueño también pueden aumentar el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades mentales.Esto puede afectar la salud del corazón. Muchos estudios han demostrado que tanto los factores estresantes diarios como los acontecimientos traumáticos aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La soledad, el estrés en el lugar de trabajo, la ira y la hostilidad, la ansiedad, la depresión e incluso el pesimismo afectan la salud general, lo que aumenta el riesgo para la salud del corazón.
Por otro lado, el optimismo está asociado con una vida más saludable, lo que incluye una mejor calidad del sueño y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte por todas las causas.
En una declaración científica reciente, la American Heart Association reconoció el creciente número de evidencia que señala el fuerte vínculo entre la salud mental, los comportamientos y la salud física, indicando datos que sugieren que el tratamiento de la salud mental puede mejorar la salud del corazón.
¿Cuál es la conclusión?
Existe una fuerte conexión entre la salud mental, el sueño y la salud física en general, específicamente la salud cardiovascular.Los factores del estilo de vida como la dieta y el ejercicio pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, tanto directa como indirectamente, promoviendo un mejor sueño. Esto, a su vez, puede llevar a una mejor perspectiva y más energía, el mejor circuito de retroalimentación.
¿Qué debo hacer si tengo problemas para dormir?
Los CDC aconsejan a las personas hacer lo siguiente:
- Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, incluido el fin de semana.
- Dormir en un lugar oscuro y tranquilo, a una temperatura confortable.
- Prohibir los dispositivos electrónicos en el dormitorio. Pueden interferir en el sueño.
- Evitar consumir cafeína, alcohol y comer abundantemente antes de ir a acostarse.
- Haga ejercicio. La actividad física durante el día hace que sea más fácil quedarse dormido esa noche.
Hable con su médico o profesional de la salud si tiene síntomas de un trastorno del sueño o si ha probado dichas medidas y aún no puede dormir.