Investigadora usa y estudia las redes sociales para mejorar y prolongar vidas
Por Nancy Brown, directora ejecutiva de la American Heart Association
Alrededor de la fecha en que Bertha Hidalgo inició su carrera en epidemiología genética, Instagram se estaba convirtiendo en el nuevo y moderno lugar de reunión en las redes sociales.
Hidalgo pensó que sería un lugar perfecto para que una hispana profesional en atención médica ofreciera asesoría práctica. Además de sus publicaciones regulares, lanzó una serie llamada "Science Says Sunday" (Domingo de 'la ciencia dice') para abordar temas más profundos, como explicar por qué los antibióticos son inútiles contra las infecciones virales.
En el 2019, Hidalgo quería darle una visión más científica a su uso de las redes sociales. Buscó financiamiento para estudiar cómo mejorar la salud cardíaca de las mujeres a través de Facebook, Instagram y Twitter.
Para prepararse para el proyecto, Hidalgo pasó de escribir en Twitter ocasionalmente a hacerlo con regularidad, principalmente para adquirir práctica y crear una audiencia. Al principio, reenviaba noticias por Twitter acerca de un nuevo virus extraño en China. Ella continuó siguiendo la historia cuando pocas personas estaban interesadas.
Todos sabemos lo que pasó después con el virus. En cuanto a Hidalgo, ella se convirtió en una autoridad confiable para los datos verídicos sobre COVID-19 y una extintora de ficciones. Y, en el transcurso, el financiamiento para su proyecto en las redes sociales llegó desde mi organización, la American Heart Association.
Empezar el nuevo proyecto no significaba detener sus esfuerzos relacionados a COVID-19. Al contrario, el trabajo de Hidalgo en un proyecto reforzaba al otro. El resultado favorable fue que más personas recibían más información para mejorar y prolongar sus vidas.
Ella también tiene evidencia de eso: mensajes que recibió de personas donde le daban crédito por su decisión de aplicarse la vacuna contra COVID-19 e incluso la vacuna contra la influenza. Otros escribieron que ella les inspiró a seguir una dieta saludable para el corazón, registrar 10,000 pasos al día o hacerse exámenes médicos de rutina. Incluso hay una mujer hispana de unos 65 años en Los Ángeles que, solo en el año pasado, empezó a hacer todas esas cosas.
Su nombre también es Bertha Hidalgo.
Sí, es la madre de Hidalgo.
A medida que continuamos con nuestro enfoque en el American Heart Month (Mes Americano del Corazón) sobre la salud cardíaca de la mujer, centramos nuestra atención en Hidalgo, la profesora, y las muchas lecciones que todos podemos aprender de sus experiencias profesionales y personales durante los últimos dos años.
El 22 de enero del 2020, el primer mensaje que Hidalgo envió por Twitter acerca del nuevo coronavirus parecía que era una tarea. Fue otra oportunidad de trabajar en traducir la jerga técnica de los informes sobre enfermedades infecciosas a un mensaje de 280 caracteres que tuviera sentido para los usuarios de Twitter.
Meses después, con el país controlado por la pandemia, a Hidalgo se le dificultaba comprender las formas rápidas y drásticas en que todo se había salido de control.
La ciencia podía explicar cómo sucedió con el virus en sí. La respuesta pública le pareció más desconcertante.
A Hidalgo la sacudió especialmente la manera en que la información se estaba comunicando al público, particularmente en el Internet. Ella pensaba que era difícil comprender a muchos de los expertos capacitados, lo que dejaba espacio para que muchos autoproclamados expertos se conectaran con las masas. Y muchos de esos pseudocientíficos no tomaban en serio los hechos.
"Una vez que nos llegó una gran ola de información errónea, se hizo aún más importante compartir lo que yo creía que la gente necesitaba saber, especialmente lo que necesitaba saber para protegerse a sí misma", dijo ella.
Entonces, lo que empezó como una tarea rutinaria ahora se sentía como un examen final de alto riesgo.
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Hidalgo creció en un suburbio de Los Ángeles que está a poca distancia y se parece al mejor conocido suburbio de Compton.
La hija mayor de un mecánico y una ama de casa, ella se convirtió en la primera persona de su familia en graduarse de la preparatoria. Obtuvo una licenciatura de Stanford University, una maestría de University of Southern California y un doctorado de University of Alabama-Birmingham (UAB). Ha sido investigadora y profesora adjunta en la UAB desde ese entonces.
Siempre ha llamado a sus padres con frecuencia. Una vez que empezó la pandemia, les llamaba todos los días para ver cómo estaban y ofrecer consejos para que se mantuvieran sanos.
Aunque sus padres siempre se han sentido orgullosos de ella, ellos realmente no comprendían su trabajo. La pandemia ayudó. Hidalgo se reía cuando notaba la alegría en la voz de sus padres cuando ellos le reportaban, "Lo que nos dijiste que hiciéramos, ¡acaban de decir lo mismo en las noticias!".
Sin embargo, ella todavía no estaba segura de que ellos estaban comprendiendo. Peor aún, preguntaban muchas de las mismas falsedades descabelladas que ella estaba ahuyentando en Twitter.
"Yo tenía que explicarles que a veces las historias que escuchan son mitos", dijo ella.
Después llegó el día cuando Hidalgo estaba en una entrevista y fue interrumpida por una llamada de su papá. Un hermano menor de él que era muy cercano había fallecido de COVID-19. También un primo de su papa que Hidalgo consideraba como un tío.
Ahora ella tenía toda la atención de ellos. Ambos padres se vacunaron y se aplicaron la vacuna de refuerzo, parte de lo que se convirtió en la dedicación de su madre a tener una mejor salud.
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Es una ironía tan cruel: una epidemióloga dedicada a erradicar la información errónea tiene padres a punto de creer esas alegaciones y tíos que están falleciendo posiblemente porque las creyeron.
Ella compartió esa frustración con su esposo. La respuesta de él: "Si no te tuviera junto a mí para hacer preguntas y desacreditar algo de esto, yo también podría ser susceptible a creer mucho de eso".
Esa escalofriante realidad de la gente que usa las redes sociales como una herramienta en contra de la ciencia pudo haber llevado a Hidalgo a abandonar su plan de estudiar el avance de la salud cardíaca a través de Facebook, Instagram y Twitter.
En vez de eso, el proyecto se sintió más urgente.
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Una vez que Hidalgo recibió la subvención de la AHA, ella pasó desde publicar información sobre COVID-19 a información sobre la salud cardíaca de la mujer.
Empezó por describir la importancia de tener un corazón sano en general. Después escribió sobre la importancia de un corazón sano para cualquier persona que se enferme de COVID-19.
"De una manera muy básica, guiamos a la gente por la ciencia de lo que es el corazón y lo que es la inflamación, y qué sucede cuando están infectados con este virus, por qué sienten ciertos síntomas y cómo eso puede causar daños al corazón", dijo ella.
Fue una de sus primeras publicaciones orientadas al corazón con la que sus seguidores se sintieron identificados.
Otras publicaciones que fueron bien recibidas son las más personales. Estas incluyen fotos de ella vacunándose, de sus hijos vacunándose y de una reunión con sus padres el verano pasado, una visita retrasada hasta que ella, su esposo y sus hijos se vacunaran.
"Realmente inspiró a la gente en términos de la seriedad con la que yo estaba tomando esta pandemia", dijo ella. "También demostró que yo estaba haciendo todas las cosas que promuevo y recomiendo, y eso también es importante".
Mientras el equipo de Hidalgo busca la mejor manera de que las publicaciones sobresalgan entre la multitud, ellos evalúan todo, desde cuáles temas generan la mayor interacción hasta encontrar el mejor momento del día y día de la semana para ciertas publicaciones.
También están haciendo pruebas A/B con mensajes basados en la prevención o mensajes basados en el miedo. Dentro de eso, mantendrán un registro de las respuestas a cada uno de esos estilos basándose en quién lo envía; es decir, si lo publica Hidalgo o uno de sus colegas.
Las respuestas en sí vienen de diferentes formas. Hay vistas y clic y hay la "interacción real, donde la gente ve, hace clic y hace lo que le pedimos que haga", dice ella.
La concientización y la educación son los objetivos obvios. El posible cambio radical implica llegar a las mujeres afroamericanas, hispanas, indígenas y asiáticas. Ella está enfocada particularmente en quienes se ven desproporcionadamente afectadas por enfermedades cardíacas y derrames cerebrales, y también en quienes históricamente no están lo suficientemente representadas en la investigación.
Para cerrar esa brecha, Hidalgo está usando este estudio para reclutar a esas mujeres en otros estudios. Los resultados preliminares, dijo ella, son muy buenos.
También muy buenos: los comentarios de su equipo.
"Todos están de acuerdo, esto es lo más divertido que hemos hecho en la ciencia desde hace mucho tiempo", dijo ella.
¿Por qué?
"Creo que las redes sociales juegan un papel realmente importante para así nosotros crear un cambio no solo en la innovación científica, sino también crear un cambio en la salud pública", dijo Hidalgo. "De muchas maneras, este es un servicio comunitario y una extensión de todo mi trabajo".
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